PIZARRO, Esther (2017) :: Texto catálogo:  Mapping Complexity. Supercities

PIZARRO, Esther (2017). “Mapping Complexity” (pág. 10-14). Texto catálogo:  Mapping Complexity. Supercities, La inteligencia del Territorio. Edita: Fundación Metrópoli. ISBN: 978-84-617-7921-5, DL: M-1464-2017

En las últimas décadas, la sociedad actual ha pasado de un modelo de conocimiento jerárquico, basado en una estructura arbórea, a otro fundamentado en principios rizomáticos.  En el plano epistemológico, este nuevo patrón introduce la problemática del Pensamiento Complejo como clave para poder organizar y gestionar la gran cantidad de información a la que estamos expuestos en nuestro día a día. Uno de los principales interrogantes que nos planteamos es cómo visualizar esta complejidad. La network o red puede considerarse un modelo estructural y organizativo que impregna casi todas las áreas del conocimiento y que permite encontrar patrones coherentes que expliquen las conexiones significativas que conlleva la cantidad ingente de información que producimos y administramos en la actualidad. La utilización de la cartografía como vehículo para visualizar la gramática de redes y datos constituye el epicentro de las tres instalaciones artísticas que se presentan en la sede de la Ecobox de la Fundación Metrópoli y que investigan la complejidad del paisaje contemporáneo. Un zoom metodológico que plantea el interrogante sobre cómo nos relacionamos en la ciudad actual, donde los límites físicos ya no son capaces de explicar su carácter descentralizado, no lineal, dinámico, relacional, interconectado y fluctuante; y donde nuestras vivencias se superponen en múltiples estratos, entretejidos a modo de rizoma, experiencias todas que permiten atisbar la enorme complejidad a la que estamos expuestos en el habitar contemporáneo.

Digital diamonds: Cloudscape interpreta la ciudad como un sistema complejo, una red de nodos, enlaces y conexiones capaz de visualizar los múltiples estratos que encierra. Necesitamos considerar nuevos métodos de análisis, modelado y simulación que reflejen la creciente complejidad y la naturaleza interconectada de nuestros tiempos, ya no es suficiente explorar el espacio urbano como un mero soporte físico de capas superpuestas; ahora precisamos retratar las relaciones intangibles que en él se suceden y que lo hacen más que nunca un organismo vivo. Un sistema complejo se define por un gran número de elementos interconectados que fluctúan dinámicamente en sus áreas de acción. Este radical cambio en nuestra manera de concebir el mundo se articula en torno al concepto de network o pensamiento en red. Las redes no son sólo estructuras onmipresentes sino también símbolos de autonomía, flexibilidad, colaboración, diversidad y multiplicidad. Nos movemos y vivimos en redes, la ciudad actual es una ciudad-red. Esta instalación multimedia y sonora contempla el paisaje como un organismo vivo, que palpita; un ente frágil y cristalino, conectado entre sí mediante líneas de luz que aparecen y desaparecen, potenciando el carácter dinámico, y a la vez intangible, del territorio. Puntos, líneas y superficies que representan las ciudades, los ejes de conexión física y digital y los sistemas ambientales. Suspendidos en el aire, unos nodos cristalinos de diferentes tamaños representan las diez demarcaciones que constituyen la zona denominada Diamante del Caribe y Santanderes, en Colombia. La instalación parte de una colaboración realizada con la Fundación Metrópoli, que ha estado investigando ampliamente este territorio colombiano, explorando y diagnosticando sus potencialidades. A raíz de este estudio, la propuesta artística filtra los gráficos y datos producidos en una visualización plástica que se sostiene en las investigaciones conceptuales precedentes. 

Analizando la instalación de arriba abajo, nos encontramos un primer nivel que representa la huella del territorio en forma de discos circulares que describen las isócronas de cada núcleo urbano. Suspendidos de estos círculos, unos nodos geométricos, cristalinos, apenas perceptibles en función del haz de luz que les ilumina, focalizan la función del área de influencia de cada ciudad en una lectura abstracta de la misma. Unos prismas piramidales, rematan esta configuración de varilla de borosilicato, haciendo un guiño a la figura del diamante. El Diamante es la metáfora utilizada por la Fundación Metrópoli para describir la nueva escala de ciudades, un territorio en bruto que se va puliendo por diferentes agentes, entre ellos el conocimiento humano. De los vértices de los prismas piramidales surgen unos cables electroluminiscentes que se activan o desactivan, con una luz blanca fría, en función del audio de la instalación, mostrándonos el carácter dinámico y fluctuante de la urbe contemporánea, una continua e intermitente emisión de datos en forma de impulsos lumínicos. Estos cables representan los enlaces, las relaciones, entre las diferentes demarcaciones de nuestro paisaje-red.  La gravedad permite que formen una maraña de arcos invertidos que cose los diez nodos de cristal. El conjunto se enmarca en una lámina de agua, en el plano horizontal del suelo, que nos devuelve la verdadera cartografía del territorio, ya que toda la composición se encuentra intencionadamente invertida en sentido especular. La piel cristalina del agua actúa de espejo de un paisaje intangible y frágil, pero a la vez potente y dinámico. El territorio se desdibuja con las simples ondas del agua, acentuando esa ausencia de permanencia, de estaticidad del paisaje contemporáneo y potenciando el carácter dinámico, fluctuante y relacional del mismo, en un intento de capturar aquellos aspectos no visibles. Siguiendo las palabras del antropólogo Carlos Reinoso[1], podríamos llegar a definir esta instalación como un modelo complejo o sistémico, que posee una perspectiva del territorio de complejidad organizada, al tiempo que genera una inferencia holista o emergente y determinista, y cuyo propósito es una descripción estructural con un modelado dinámico.

Por su parte, la instalación que lleva por título Blue Backbone: Datascape visualiza en forma de gráfico tridimensional los perfiles urbanos existentes en una ciudad, territorio o zona geográfica. Siete variables urbanas (población, tasa de crecimiento demográfico, educación, salud, turismo, industria y agricultura) definen un método aplicable a cualquier entorno urbano y escalable en cuanto a su acotación espacial,  que se centra en la compleja visualización de datos que hace que cada ciudad posea un perfil único y diferenciado. Tomando como estudio de caso particular el potencial que tiene el Río Magdalena en el territorio colombiano denominado el Diamante del Caribe y Santanderes, se han seleccionado diez demarcaciones (Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Cúcuta, Santa Marta, Monteria, Valledupar, Riohacha, Barrancabermeja y Sincilejo), que delimitan el trazado de nuestro paisaje.

Esta instalación pone en valor estas variables en forma de paisaje de probetas, enfatizando así el carácter experimental y de laboratorio que todo paisaje posee. Los datos responden a estudios reales desarrollados por la Fundación Metrópoli en este territorio colombiano, donde se han acotado las diez ciudades sujetas al estudio.

Una columna vertebral cristalina, que simboliza la presencia del río Magdalena, hilvana el territorio. El Rio es el conector ecológico y de recuperación de la agricultura, el futuro corredor logístico del país, el eje de conexión de la costa con el interior y el elemento clave para la integración de las ciudades del Diamante. Su trazado, dibujado espacialmente con varilla de vidrio transparente como el agua que circula por su lecho, describe una columna tridimensional que cose longitudinalmente los diez nodos urbanos. El agua, principal actor en este escenario, se erige doblemente como protagonista de la instalación; por un lado, alude al recorrido del Magdalena en el territorio reseñado, casi como un circuito eléctrico; una conexión tubular continua que permite, mediante trazos trasparentes, aludir a la cuenca de un río imaginario, esquemático, representado a través de tres líneas en su sección (orillas y cuenca).  Su segunda referencia aparece de forma física, mediante la utilización de agua teñida de colores para simbolizar en unas columnas-probetas cristalinas, a modo de gráfico de barras, los datos capaces de definir cada demarcación y de hacerla única.

Siguiendo un paralelismo con el análisis del proyecto anterior, Cloudscape, y en función de la categorización del antropólogo Carlos Reynoso, esta instalación respondería a un modelo mecánico que plantea una perspectiva de complejidad desorganizada, generando una inferencia sintética, inductiva, probabilista y de cuantificación existencial. El propósito final de este modelo nos llevaría a una correlación de datos.

Por último, City Connect: Patronando Madrid nos enfrenta al entendimiento de la ciudad como un patrón físico capaz de generar infinitas interrelaciones y modelos. Un telar urbano donde los estudios de Space Syntax realizados por la Fundación Metrópoli inspiran el tejido resultante y donde múltiples hilos “tejen” diferentes situaciones de centralidad y accesibilidad en la ciudad. Un gran rizoma de movilidad y conectividad urbana que toma como marco espacial la almendra central de la corona metropolitana de Madrid. En el estudio de su estructura formal y viaria se deslindan dos capas, una conformada por el entramado urbano más denso, que se tensa y actúa como la trama de nuestro tejido y otra constituida por los viales de mayor movilidad dentro de nuestro marco espacial, que constituye la urdimbre; tomando como marco delimitador del conjunto el cinturón de la M30 de Madrid, un eje de revitalización urbana, de transporte colectivo y de intercambio. El resultado nos muestra un rizoma de entrecruzamientos, un continuo enhebrado de hilos de diferentes colores en función de su accesibilidad, un entretejido tridimensional de líneas que se superpone al telar físico de la ciudad. Siguiendo las indicaciones de Gilles Deleuze y Félix Guattari, en su influyente libro “Mil Mesetas”, donde nos ilustran sobre el principio de cartografía y calcomanía[2]; hemos colocado el calco sobre el mapa para poder realizar su lectura rizomática.

A modo de conclusión nos interesa reseñar que las investigaciones plásticas anteriormente expuestas, conforman un modelo metodológico capaz de ser aplicado a diferentes escalas, macro, micro y relacional; y a marcos geográficos distinto, entendiendo por geografía su espectro más amplio que podría abarcar desde la geografía psicológica, corporal, urbana, territorial, cósmica, etc... Un zoom metodológico que plantea interrogantes sobre cómo nos relacionamos en la ciudad contemporánea donde los límites físicos ya no son capaces de explicar su carácter descentralizado, no lineal, dinámico, relacional, interconectado y fluctuante; y donde nuestras vivencias se superponen en múltiples estratos, entretejidos a modo de rizoma, hecho que permite atisbar la enorme complejidad a la que estamos expuestos en el habitar contemporáneo.


[1] Para mayor información al respecto consultar, REYNOSO, Carlos, en el capítulo titulado “Especificación epistemológica” (pp. 11-16) en Redes sociales y complejidad: Modelos interdisciplinarios en la gestión sostenible de la sociedad y la cultura, Universidad de Buenos Aires, 2011, Buenos Aires

[2] DELEUZE, G.  y GUATTARI, F.  Mil mesetas, (pp. 17-18), Editorial Pre-Textos, 2000, Valencia

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