PIZARRO, Esther (2023) :: Texto catálogo: Mapping Virtual Water :: Huella Hídrica 

PIZARRO, Esther (2023); “Mapping Virtual Water :: Huella Hídrica / 6.700 l./24 h.” (pág: 24-36). Texto catálogo: Mapping Virtual Water :: Huella Hídrica / 6.700 l./24 h.  Edita: Fundación Arquitectura COAM. Extensión: 72 páginas. Idioma: español. Formato: 21 x 21 cm. Encuadernación: tapa blanda. ISBN: 978-84-96656-97-0

Contexto

Vivimos sumidos en una imparable crisis medioambiental donde los recursos de la naturaleza, que inicialmente creíamos inagotables, se han tornado finitos y en clara alerta para toda la humanidad. Son muchas las voces especializadas que abogan por la necesidad inmediata de cambios en nuestros hábitos de consumo, en nuestra relación con el medio y en la educación de las futuras generaciones. Los pactos políticos parecen papel mojado y no consiguen hacer palanca en una sociedad capitalista, donde la acumulación de bienes y un consumo exacerbado, no contribuyen al cuidado que nuestro Planeta reclama. 

La filosofía ecoambiental se postula como una rama de pensamiento que se centra en el estudio de las relaciones entre los seres humanos y su entorno natural, así como, en la búsqueda de soluciones a problemas ambientales que enfrentamos en la actualidad. Esta disciplina se ocupa de cuestiones como la naturaleza y el valor intrínseco de los seres vivos, la sostenibilidad, la justicia ambiental, el cambio climático y la conservación de la biodiversidad, entre otras. Los pensadores ecoambientales buscan explorar las formas en las que los seres humanos interactúan con el medio ambiente, para comprender cómo estas interacciones deberían ser más sostenibles y justas. También consideran las implicaciones éticas y políticas de nuestras acciones ambientales, e indagan en formas de promover la toma de decisiones responsables y sostenibles en relación con el medio ambiente.

Desde la esfera artística podemos, por extensión, hablar también de un arte ecoambiental, cuyo objetivo principal es concienciar sobre los problemas ambientales y la necesidad de proteger el medio ambiente utilizando el lenguaje artístico como herramienta y vehículo.  Estas propuestas se centran en la relación que, como seres humanos, establecemos con la naturaleza, para poner el foco en los impactos negativos que nuestras acciones generan sobre nuestro entorno, en un intento de tomar conciencia y acción sobre estas emergencias ambientales, con el ánimo de provocar una reflexión en el espectador. La propuesta que aquí presentamos, “Mapping Virtual Water :: Huella Hídrica / 6.700 l./24 h”, se inscribe en este marco ecoambiental.

Sostenibilidad: huella hídrica y agua virtual

El concepto de huella hídrica se acuñó en el año 2002, de la mano del profesor Arjen Hoekstra, de la Universidad de Twente (Holanda), como un indicador medioambiental que define el volumen total de agua dulce utilizado para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos. La huella hídrica es un indicador esencial en el cálculo de la sostenibilidad del uso de los recursos naturales por parte del hombre. “Como huella hídrica se entiende el volumen de agua dulce (de lluvia, superficial o subterránea) que consumimos en el desarrollo de cualquier actividad humana” (Hoekstra y Hung, 2002). La huella hídrica se expresa en términos de volumen de agua utilizada, generalmente en metros cúbicos (m³) o litros (l), y se puede calcular para diferentes ámbitos o escalas, como la personal, la industrial, la nacional o la global. Este indicador es una herramienta útil para evaluar la sostenibilidad del uso del agua, especialmente en regiones donde el agua es escasa o donde hay una competencia significativa por su uso para diferentes fines.

Por otra parte, el agua virtual se refiere al agua utilizada indirectamente en la producción de bienes y servicios. Se denomina agua virtual al volumen de agua que se necesita de forma indirecta para elaborar un producto (Allan, 1998). Es el agua que se utiliza en todo el proceso de producción de un producto, desde la obtención de las materias primas hasta la fabricación, el transporte y el empaquetado. Es el flujo oculto, el agua que no vemos en los alimentos u otros productos que se intercambian de un lugar a otro.

La principal diferencia que existe entre huella hídrica y agua virtual es que, si bien, ambos conceptos ser refieren a la cantidad de agua utilizada en la producción de cualquier bien o producto, la clave está en que la huella hídrica mide la cantidad de agua utilizada de manera directa, mientras que el agua virtual computa el agua utilizada de forma indirecta.

La huella hídrica se puede expresar en función del tipo de agua que se consuma, desglosándola según sus colores[1]:

  • Huella Hídrica verde: está relacionada con el agua de lluvia que se utiliza en la producción de cultivos y productos vegetales.
  • Huella Hídrica azul: se refiere al uso de agua dulce (superficial o subterránea) evaporada, integrada en el producto, devuelta a otra cuenca o incorporada en un periodo distinto del de extracción.
  • Huella Hídrica gris: se asocia al volumen de agua necesaria para diluir los contaminantes en el agua antes de que pueda ser utilizada para otros fines, hace referencia a la calidad del agua y su posible contaminación debido a los vertidos en un determinado proceso.

Adicionalmente, la huella hídrica tiene necesariamente dimensión temporal y espacial. Se debe calcular con datos recogidos en un período de tiempo concreto (habitualmente los datos utilizados son anuales); y en un lugar geográfico perfectamente delimitado (como puede ser una planta industrial, una cuenca de un río, o una región).

Datificando el agua

Nuestra sociedad actual está sumida en una continua datificación de cada experiencia o acción que llevamos a cabo. Cualquier información o tema puede ser convertido en datos; los cuales se almacenan, procesan y analizan con la ayuda de herramientas digitales. Sumidos en plena era digital, es innegable afirmar que somos datos y que nuestros actos se traducen en datos, códigos o números. Cuantificar nuestras acciones, mediante herramientas de análisis de datos, nos ayuda a planear una mejor gestión y toma de decisiones frente a un conflicto o emergencia.

Vinculando la realidad de la datificación con nuestro agente protagonista, el agua, nos surgen una serie de interrogantes. ¿Cómo podemos cuantificar el agua que consumimos? ¿Qué nos aporta conocer estos datos en las diferentes escalas en la que el ser humano habita y desarrolla sus funciones vitales? ¿Qué rol desempeña el consumo responsable de un recurso tan valioso como es el agua en el ecosistema planetario? Nuestra propuesta artística parte del análisis de estas cuestiones, para tratar de esbozar una respuesta visual y plástica.

El agua entendida como un recurso indispensable y único, pero también finito y en clara alerta medio ambiental, se propone como protagonista y actor principal de nuestro relato ecoambiental.

El agua virtual y la huella hídrica se formulan como sistema de trazabilidad de cada producto, persona, ciudad, o país para poder cuantificar su impacto en el consumo del denominado “oro líquido del siglo veintiuno” (De la Torre, B.; 2020), por el que las diferentes potencias competirán en un futuro cercano; al ser un recurso tan valioso, como necesario, para la vida en el planeta Tierra.

La metodología de cálculo más utilizada para el análisis de la huella hídrica es la propuesta por la Water Footprint Network [2]. La huella hídrica nos hace tomar conciencia del consumo de agua que necesitamos en todas nuestras actividades. Adicionalmente, nos sirve para tener un valor de referencia en nuestro uso del agua y, sobre todo, para valorar dónde podemos mejorar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que una persona consume de media al año 1.385 metros cúbicos de agua[3]. ¿Podemos continuar con este consumo desorbitado de un bien tan necesario para la vida humana, y que cada vez es más escaso por el cambio climático, por la contaminación hídrica y por el aumento de población? Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la población mundial rozará los 9.700 millones de personas en 2050[4]. Ya no nos queda tan lejos. ¿Habrá agua suficiente para todos?

Dimensión escalar, temporal y medioambiental

La huella hídrica del planeta es una medida de la cantidad de agua que se utiliza en la producción de bienes y servicios en todo el mundo, incluyendo el consumo directo de agua por parte de las personas. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se estima que la humanidad utiliza alrededor de 4,600 km³ de agua dulce al año, de los cuales aproximadamente el 70% se utiliza en la agricultura, el 20% en la industria y el 10% en el consumo doméstico [5]. La mayor parte de esta huella hídrica se debe a la producción de alimentos (agricultura, ganadería y pesca), seguida de la producción de energía y la producción de bienes industriales.

El consumo de agua varía ampliamente entre países y regiones, dependiendo de factores como la disponibilidad de recursos hídricos, el nivel de desarrollo económico, el tipo de actividad económica y el tamaño de la población. Los países con mayor huella hídrica suelen ser aquellos que tienen una alta producción de bienes agrícolas y ganaderos, industria y consumo de energía; así como, una alta densidad poblacional.

Continuando nuestra exploración sobre la gestión hídrica, si ponemos el foco en una escala nacional, nos encontramos que la huella hídrica nacional se refiere a la cantidad de agua utilizada, directa o indirectamente, para producir los bienes y servicios que se consumen en dicho país. En el caso de España, según los informes del Water Footprint Network [6], la huella hídrica total del país es de alrededor de 70.000 millones de metros cúbicos al año. Esta cifra incluye tanto el consumo de agua doméstico como el uso de agua en la producción de bienes y servicios. En términos per cápita, la huella hídrica española es de aproximadamente 1.500 metros cúbicos por persona y año; lo que significa que cada persona utiliza, como promedio 1.500 metros cúbicos de agua en su consumo diario de alimentos, bienes y servicios. Cabe destacar que España es un país con un estrés hídrico significativo, lo que significa que la disponibilidad de agua per cápita es baja en comparación con otros países de Europa.

Cuando disminuimos nuestra escala a un ámbito local, según un estudio realizado por la Fundación Aquae en 2016 [7], la huella hídrica de la Comunidad de Madrid es de aproximadamente 1.520 litros por habitante y día, lo que equivale a un consumo anual de alrededor de 554.800 millones de litros, lo que representa el 8% del total de la huella hídrica de España. La mayor parte de la huella hídrica de la Comunidad de Madrid proviene del sector agrícola, que representa alrededor del 68% del total. El sector industrial y el sector doméstico también contribuyen significativamente a la huella hídrica de la región.

Para la investigación artística que estamos desarrollando, nos interesa especialmente profundizar en el interrogante de cómo afecta el gasto de agua a la sostenibilidad ambiental. El consumo elevado de agua puede tener diversos impactos negativos, que perjudican directamente al frágil y estresado equilibrio de sostenibilidad ambiental; afectando a la calidad del agua, la biodiversidad y el cambio climático. Por ello, es importante fomentar prácticas de uso responsable y sostenible del agua, promover la eficiencia en la gestión de los recursos hídricos y adoptar políticas que favorezcan el uso eficiente del agua en todos los sectores.

Un relato ecoartístico: Mapping Virtual Water :: Huella Hídrica / 6.700 l./24 h.

El proyecto Mapping Virtual Water :: Huella Hídrica / 6.700 l./24 h. se apropia para su título de la Huella Hídrica que tenemos los españoles, una de las más elevadas del mundo, y que arroja un consumo de 6.700 litros de media diaria. La investigación artística pretende evidenciar, mediante datos oficiales y científicos, una problemática medioambiental de un recurso tremendamente valioso para la vida humana, el agua. Para ello, explora el impacto que el agua virtual posee en la escala doméstica, la local, la nacional y la global. Conocer la huella hídrica del presente será clave para la gestión del agua del futuro.

La propuesta investiga la huella hídrica y el consumo de agua virtual, desde una perspectiva que aborda de lo macro a lo micro (de la escala global a la escala doméstica). Los objetivos del proyecto abordan las siguientes cuestiones: qué es el agua virtual, cómo afecta a nuestras vidas, y qué podemos hacer para reducir su consumo excesivo. La investigación se sustenta en la visualización artística de datos, apropiándose de la capacidad de síntesis y de comunicación de información que la infografía posee.

Su formalización se asienta sobre la matriz teórica esbozada anteriormente. Hibrida el lenguaje instalativo, con el escultórico y la visualización artística de datos. La información y datos derivados de la investigación precedente se organizan visual y tridimensionalmente, concibiendo el espacio expositivo como una gran infografía/red, donde sus diferentes elementos (escultóricos, textuales y gráficos) se distribuyen sobre el plano horizontal y vertical de la sala; con el fin de introducir al espectador en microrrelatos, nodos artísticos, que nos acerquen a la temática tratada, mediante metáforas visuales.

Las obras se agrupan en diferentes bloques temáticos, cada uno de los cuales visualiza la huella hídrica en sus distintas escalas: conceptual, global, nacional, local y doméstica; generando un espacio de reflexión para el espectador.

A modo de hilo conductor, la cuantificación gráfica de todos los bloques viene determinada por una gota de vidrio cristalina, como unidad de medida, y como elemento modulador para la creación de gráficos artísticos. Una gota transparente, símbolo congelado del agua, un líquido informe que queda solidificado en ese fluir matérico. Se trata de generar una metodología descriptiva-exploratoria de visualización tridimensional; utilizando los datos, los gráficos y la metáfora escultórica como materiales de trabajo.

El nodo conceptual [HH] nos introduce en la definición de la huella hídrica y los tres tipos de agua que intervienen en su formulación y cálculo. Construimos un mapa conceptual donde el espectador se expone a la fisicidad del agua azul, verde y gris; así como, a la relación que entre ellas se establece, para comprender cómo se extraen los datos que conforman su metodología de cálculo.

El nodo global [HH] se compone de una gran instalación que establece un paralelismo entre una cartografía planetaria y un cuerpo enfermo, asistido por un sistema de infusión por goteo. Nuestro cuerpo cartográfico está realizado en tierra vegetal, cuyos límites y formas recrean los diferentes continentes. Un conjunto de bolsas de PVC, diseñadas para la suministración intra-venosa de soluciones líquidas, se suspenden del techo; albergando en su interior agua teñida con una solución alimentaria e inocua, conforme a la proporción que posee cada continente de cada una de las tres tipologías de agua: azul, verde y gris. Múltiples depósitos de agua, se conectan al cuerpo terrestre mediante una rizoma de tubos transparentes, y de dispositivos de control de flujo p­­­­­­or goteo, que hacen llegar el agua del depósito de forma controlada y gradual a la superficie de tierra vegetal. La instalación pone en valor la necesidad de un uso responsable y controlado del agua, al entender el planeta como un cuerpo enfermo que necesita de cuidados y de un uso administrado y regulado del agua (agente posibilitador de vida en nuestro complejo ecosistema).

El nodo mundial [HH] se articula en tondos circulares que identifican tres potencias mundiales de alto impacto en su huella hídrica: Estados Unidos, Brasil y España. La silueta de cada potencia, se recorta en acrílico negro y transparente, potenciando un efecto espejado, que introduce al espectador en la obra, ejerciendo su poder de reflexión (física y mental). Una retícula de gotas de vidrio de borosilicato nos aporta los datos de cada país, donde cada gota representa 1.000 litros de agua. Completa el conjunto, la formulación que permite la cuantificación de agua de un país, así como los datos del consumo de agua (en litros) por día del estado representado. Un fresado de CNC (Control Numérico Computerizado) sobre la madera que actúa de soporte, expresa con precisión textual y gráfica, los elementos narrativos de la obra. Tres cartografías que permiten trazar una conexión medible del uso del agua en tres localizaciones diferentes del planeta.

El nodo nacional [HH]  nos indica la media nacional del gasto de agua en España, en función de las cuencas hidrográficas nacionales de mayor impacto en su huella hídrica. Una pieza escultórica circular sustenta, a modo de gráfico de columnas apiladas de diferentes alturas coronadas por una gota vítrea de agua, los datos de cada zona geográfica correspondiente. Hilvana el conjunto, una línea espejada que representa los ríos principales de la península, encargados de la distribución de este elemento tan preciado.

El nodo local [HH] nos introduce cartográficamente en los diferentes municipios que conforman la Comunidad de Madrid. A modo de puzle tridimensional, sus piezas se maclan entre sí para configurar la silueta de Madrid. Tres alturas identifican las zonas de mayor impacto hídrico, generando una cartografía cuantificada en función del tamaño de la gota vítrea y del número de alturas de su silueta. La apilación de diferentes capas de material acrílico produce un efecto óptico de escala de grises, lo cual refuerza la representación gráfica de datos, haciendo alusión a un gráfico de color.

Por último, el nodo doméstico [HH] identifica tres elementos de uso y consumo en nuestra vida diaria, acercándonos a la huella hídrica de la escala cotidiana. Unos pantalones vaqueros, un kilo de carne y una tableta de chocolate, son los productos encargados de simbolizar la trazabilidad de la huella hídrica en nuestro entorno más cercano; aportándonos datos de gran impacto medio ambiental, desconocidos para la mayoría de la ciudadanía.

La media que se estima necesaria para la fabricación de una prenda vaquera en toda su cadena de producción es de 10.800 litros de agua. Cada vez que consumimos un kilo de carne roja, se han empleado 15.400 litros de agua en su elaboración. 24.000 litros de agua son necesarios para que una tableta de chocolate llegue a nuestros hogares. Estos son solo tres ejemplos del gasto de agua, que no vemos, y que es necesaria para la elaboración y producción de casi todo lo que rodea a una sociedad capitalista, caracterizada por un consumo descontrolado. La trazabilidad del agua en la cadena de producción de estos bienes es el hilo conductor de esta serie que se articula en torno a dos elementos antagónicos: la huella del objeto representado y la datificación infográfica de su consumo de agua.

Cada pieza de pared nos indica mediante gotas vítreas el número de litros empleados en su producción. Un sistema modular de pequeños elementos transparentes, simbolizan el anhelo por querer solidificar lo fluido, lo líquido y lo invisible. En esta serie, la unidad de medida empleada para la gota de vidrio es de 100 litros. De nuevo, la formulación científica empleada para su cálculo queda tallada en la madera, para recordarnos esa necesidad de medir nuestros hábitos y consumos; al igual que la silueta del elemento simbolizado, que nos permite la asociación gráfica del producto con su consumo.

En un planteamiento antagónico, el molde del producto, esto es, su espacio negativo y por tanto su huella e impronta, se solidifica en un material cristalino y maleable, en alusión al gasto de agua que conlleva su producción. Encapsulado en una urna transparente, la huella de nuestro objeto es alimentada por un sistema de infusión por goteo, en base a la proporción de las tres tipologías de agua (verde, azul y gris) que necesita para su elaboración. Un mecanismo discursivo que incita al espectador a preguntarse sobre la trazabilidad del agua que nos rodea, en un planteamiento escalar que va desde lo cotidiano a lo planetario. 

La gestión responsable del agua es esencial para minimizar el impacto humano en el medio ambiente y garantizar una distribución justa y sostenible de los recursos hídricos. El lenguaje artístico puede generar un activismo silencioso y poético para evidenciar situaciones de emergencia que testimonien la fragilidad y el peligro que acechan nuestro entorno, como consecuencia de la acción directa e indirecta que ejercemos sobre el ecosistema terrestre.


Referencias bibliográficas 

AAVV (2009). El agua virtual y la huella hidrológica en la Comunidad de Madrid. Cuadernos de I+D+I. Madrid: Canal de Isabel II. Recuperado de: http://www.madrid.org/bvirtual/BVCM008676.pdf

AAVV (2011). Huella hídrica, desarrollo y sostenibilidad en España. Madrid: Fundación Mapfre. Recuperado de: https://app.mapfre.com/ccm/content/documentos/fundacion/prev-ma/cursos/informe-huella-hidrica-y-desarrollo-sostenible.pdf

AAVV (2016). Memoria anual 2016. Madrid: Fundación Aquae. La Fundación del agua. Recuperado de: https://www.fundacionaquae.org/wp-content/uploads/2017/03/Memoria-Aquae-2016.pdf

De la Torre, B. (2020). Arte y violencia ecológica en 9 oiko epistemes. Accesos nº3. Edita Grupo de investigación Prácticas Artísticas y Formas de Conocimiento Contemporáneas. Universidad Complutense de Madrid, p.113. Recuperado de: https://www.accesos.info/blanca-de-la-torre

Hoekstra, A.Y. (2003). Virtual Water: An introduction,Virtual Water trade. Proceedings of the International Expert Meeting on Virtual Water Trade, Value of Water Research Report Series, no 12, UNESCO-IHE, 2003. Recuperado de: https://sswm.info/sites/default/files/reference_attachments/HOEKSTRA%202003%20Virtual%20Water%20Trade.pdf

Hoekstra, A.Y., Mekonnen, M.M. (2011). National Water Footprint Accounts: The green, blue and grey water footprint of production and consumption. Research Report Series No. 50. The Netherlands: UNESCO-IHE Institute for Water Education. Recuperado de:  https://www.researchgate.net/publication/254859488_National_water_footprint_accounts_The_green_blue_and_grey_water_footprint_of_production_and_consumption

Llamas, M. R. (2005). Los Colores del Agua, el Agua Virtual y los Conflictos Hídricos. Discurso Inaugural del año académico 2005-2006. Revista de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (España), 99/2, pp. 369-390. Recuperado de: https://rac.es/ficheros/doc/00187.pdf

Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (2011). Huella hídrica de España. Sostenibilidad y territorio. MMA, Madrid. Recuperado de: https://www.chj.es/Descargas/ProyectosOPH/Consulta%20publica/PHC-2015-2021/ReferenciasBibliograficas/UsosdelAgua/MARM,2011c.Huella%20hidrica%20de%20Espana%5B1%5D.pdf

Sotelo Navalpotro J. A., Olcina Cantos J., García Quiroga F. y Sotelo Pérez M.  Huella hídrica de España y su diversidad territorial. Estudios Geográficos Vol. LXXIII, 272, pp. 239-272 Enero-junio 2012. DOI: 10.3989/estgeogr.201209

UNESCO, ONU-Agua (2020). Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2020: Agua y Cambio Climático, París, UNESCO.

Water Footprint Network (2010). Water Footprint. Glossary. Recuperado de: http://www.waterfootprint.org/?page=fi les/home


[1] Para mayor información consúltese: https://www.waterfootprint.org/resources/TheWaterFootprintAssessmentManual_English.pdf

[2] Para mayor información véase https://waterfootprint.org/en/

[3] Datos obtenidos de https://agbaragriculture.com/que-es-huella-hidrica/

[4] Datos obtenidos de https://www.un.org/es/observances/world-population-day

[5] Datos obtenidos de https://www.un.org/es/desa/ensuring-access-to-water-for-agriculture-is-vital-for-sustainable-future

[6] Water Footprint Network es una organización sin fines de lucro que promueve la investigación y la conciencia sobre el uso del agua en todo el mundo. Para mayor información véase https://waterfootprint.org/en/

[7] https://www.fundacionaquae.org/wp-content/uploads/2017/03/Memoria-Aquae-2016.pdf

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